Hoy en día, la protección de datos está en la agenda de la mayoría de las empresas. La escalada de relevancia del tema, enfrentada sin alarma hasta hace poco, asustó a algunos ejecutivos. Pero también lo hicieron la gente -molesta por la noticia de las filtraciones de sus datos- y, en consecuencia, con el gobierno. Se han tomado actitudes más serias y ahora, para las empresas, es el momento de repensar las inversiones y diseñar acciones asertivas para promover la protección de datos.
Antes de entrar en el campo práctico de este tema, es necesario entender la seriedad del tema.
No es ningún secreto que los datos se han convertido en los activos más valiosos de las empresas. La popularización de tecnologías como big data y herramientas de análisis ha proporcionado un gran poder analítico para el mundo corporativo.
Es decir, las decisiones empresariales ya no se tomaron sobre la base de conjeturas holísticas, sino en datos de mercado y de consumo. Percepciones reales, inmediatas y profundas.
Esta inteligencia empresarial sólo ha existido (y sigue evolucionando) gracias al trato con los datos de las personas que se involucran con el negocio, especialmente, por supuesto, sus clientes.
Sin embargo, como cualquier novedad, se encontraron lagunas. Fue a ahí que hackers y criminales digitales encontraron espacio para cometer sus crímenes.
Los crímenes llamaron la atención de las autoridades y del gobierno, que actuaron para establecer nuevas normas encaminadas a la protección de datos. En Europa nació el RGPD. Meses más tarde, en Brasil, la LGPD fue sancionada: la Ley General de Protección de Datos.
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¿Qué es LGPD?
En el mundo, una serie de ataques desestabilizaron empresas de todos los tamaños.
Uno de los casos más emblemáticos fue el de Facebook con Cambridge Analytica,que se especula que fue el vector de acciones hasta ahora inimaginables, como influir en las elecciones de un país.
En tierras brasileñas, el escenario no era diferente.
Varias empresas sufrieron ataques dirigidos al acceso a datos personales almacenados en bases de datos corporativas.
Uber, por ejemplo, tenía datos de 57 millones de usuarios robados y sufrió un intento de extorsión de confiar en su regreso. En 2017, el comercio electrónico Netshoes también tenía datos de casi un millón de clientes expuestos en Internet.
Impulsados por estos casos y con el objetivo de fortalecer la protección de datos en las empresas, los gobiernos han actuado, como hemos dicho anteriormente.
En Europa, se ha aplicado el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Es una regulación con pautas de seguridad establecidas para empresas que capturan, almacenan y/o manipulan datos personales. Se implementó en 2018.
En Brasil, una versión similar entrará en vigor este año, pospuesta a 2021.
Esta es la LGPD (Ley General de Protección de Datos, No 13.709/18). El documento establece una serie de buenas prácticas y normas de seguridad de la información, que definen los niveles adecuados de protección para las empresas.
¿Qué cambia con lgpd?
El propósito de la nueva Ley es valorar la privacidad de los datos de los usuarios, así como su soberanía sobre ellos.
Es decir, a partir de la validación de la Ley, los usuarios deben tener control sobre sus datos. De esa manera, pueden acceder o incluso eliminarlos si lo desean.
Además, la LGPD obliga a las empresas a contar cómo se utilizarán los datos capturados, para que los usuarios sepan exactamente lo que se hará.
Por lo tanto, necesitará su consentimiento explícito para poder confiar en estos datos en la base de datos de almacenamiento.
El reglamento será realizado por una agencia pública (anPD – National Data Protection Authority), que puede requerir informes de riesgos de las empresas. Si se encuentra alguna incoherencia o incumplimiento, se pueden aplicar multas de hasta R$ 50 millones.
Claramente, es posible entender cómo se volvió el escenario. La protección de datos es ahora más que un diferenciador competitivo, pero una necesidad de su negocio frente al mercado y sus clientes.
Después de todo, además de las pérdidas financieras, las fugas de datos y secuestros pueden ser decisivos para empañar su imagen de marca.
¿Cómo puedo hacer protección de datos en su empresa?
Construir una infraestructura tecnológica segura es una misión compleja. Después de todo, en las empresas de desarrollo de aplicaciones, por ejemplo, se trata de cambiar los pilares estratégicos de su cadena de producción. Entonces, ¿cómo llevar a cabo este proceso de una manera organizada y eficiente?
La buena noticia es que hay varias maneras!
Uno de los más eficientes es comenzar con un análisis de vulnerabilidad.
¿Cómo funciona el análisis de vulnerabilidades?
Con la ayuda de software específico para funciones, puede sumergirse en las direcciones IP externas o los activos de la red interna de su empresa.
Armado con capacidades de inteligencia artificial, el programa identifica vulnerabilidades, clasificando estos agujeros de seguridad. En las empresas de desarrollo, por ejemplo, es capaz de encontrar lagunas en los códigos de aplicación, evitando ataques de hackers y fugas de datos (tan importante en tiempos de LGPD).
Por lo tanto, tiene a mano datos sobre la situación de la infraestructura de desarrollo de aplicaciones. Con esto, es mucho más fácil (¡y ágil!) tomar decisiones asertivas para resolver los problemas encontrados.
La gran ventaja es que su uso puede ser continuo o incluso configurado de forma personalizada, dentro de un periodo estipulado.
Además, el análisis de vulnerabilidades se puede personalizar de acuerdo con el protocolo de cada entorno. De esta manera, puede supervisar todas las capas de desarrollo y seguir teniendo características como la automatización de tareas y los informes completos.
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